Luciano Vistosi era un maestro de la policromía creativa y
genio de las figuras estilísticas. La frescura inventiva que se encuentra en
las lámparas y en los objetos cotidianos creados por él hasta los 70 años
subrayan el verdadero resultado de su talento: la escultura.
Nacido
en Venecia en 1931, la infancia de Luciano Vistosi transcurrió al calor del
horno familiar de vidrio que la familia poseía en Murano. Ahí aprendió a
conocer todos sus secretos. Tras el fallecimiento de su padre abandonó sus
estudios para hacerse cargo del negocio familiar. Su curiosidad e inventiva,
sumadas a la necesidad de darle dirección a la empresa, lo impulsó a
transformarla y fundó Vetreria Vistosi.
Así,
en 1952, junto a su hermano y su tío, el itinerario del joven Luciano Vistosi
parece tomar la senda de la investigación experimental. Alejándose del concepto
industrial, la flamante empresa se enfocó en el diseño. La realización de sus
esculturas en vidrio parte de la búsqueda de formas rotundas. Hacia 1960 se
interesó por las técnicas del vidrio soplado y comenzó a realizar sus primeras
esculturas en el horno. Es entonces que emerge el refinamiento de su técnica y
su amor desbordante por este material, un amor que nunca lo abandonaría.
En
su recorrido artístico cobraron forma varias obras escultóricas en vidrio
soplado y bloques de vidrio esculpidos. En 1968, reveló al público
asistente a su primera exhibición individual en la Galleria Alfieri, de
Venecia, una nueva poética de un gran valor
plástico. Ese mismo año realizó una exposición
individual en San Francisco, California. En la década siguiente realizó exposiciones
tanto individuales como colectivas, en las galerías y museos más prestigiosos
del mundo. Desde el Museo Nacional de la Construcción en Washington, hasta el
Museo de Arte moderno de Hokkaido en Sapporo, exhibieron su arte.
En
1994, Luciano Vistosi creó una cruz de vidrio verde para la Basílica de San
Marcos, sostenida por una estela de bronce y formada por un centenar de bloques
cuadrados. La pieza fue colocada en la antigua cripta debajo del altar mayor en
diciembre. En sus manos, el vidrio se moldea con una ligereza que remite a las
formas puras de los artistas del pasado. Al mismo tiempo, su capacidad para
captar la luz lo vuelve moderno y viste sus obras con una refracción sabiamente
evocadora. Entre sus piezas más reconocidas se encuentran Neverrino, Bissa,
Bissona y Onfale.
Interesado
en el diseño, Luciano Vistosi estableció vínculos estrechos con reconocidos
diseñadores de la época. Gae Aulenti, Vico Magistretti, Marco Zanuso, Ettore
Sottsass, Angelo Mangiarotti, figuras distinguidas del bel
design italiano colaboraron en la creación de piezas de iluminación.
A ellos, incluso, se deben bestsellers del
catálogo de la marca, como la lámpara Giogali, firmada por Mangiarotti.
Tras
la muerte de su hermano y su tío, Vetreria Vistosi fue vendida en 1980. Pese a
ser diagnosticado con una grave enfermedad a finales de los 90, Luciano nunca
interrumpió su actividad hasta su fallecimiento el 14 de mayo de 2010, en
Venecia. En julio, la histórica marca ingresó al metaverso de la luz con un
impresionante proyecto: el Museo Virtual Vistosi. Creado por Atelier Oï Studio,
combina las reglas estéticas de Murano. Este proyecto innovador alinea varias
tecnologías digitales en perfecto equilibrio. El resultado es una nueva expresión
de arquitectura virtual dinámica que, seguro, enorgullecería a Luciano.
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