Por: Lorenzo Díaz @lorenzodiaz
Los libros de “mesa de café” que hablan más de la cartera
del que lo compra que de arquitectura son el común denominador en las librerías
especializadas en el tema. Es también más redituable para las casas editoras
contar con clientes y proyectos de alta inversión que garanticen fotos
espectaculares y papeles finos, esos libros se venden.
Pero la práctica de la arquitectura no es eso, o no sólo es
eso. Este sencillo y modesto libro muestra a la práctica aterrizada, cerca del
lugar y de la gente. Al Borde es una práctica de la que habría mucho que
aprender, una que está muy cerca de las imperiosas necesidades de México y que
muestra el camino para cientos de arquitectos jóvenes que siguiendo la misma
lína de pensamiento podrían encontrar una vocación.
La manufactura del libro es congruente y honesta con lo que
trata, una sencillísima encuadernación y lección de un papel periódico hacen de
la publicación toda una declaración de austeridad. No así el material que
contiene se trata de ideas, y sobre todo de casos concretos, de una
arquitectura inteligente y cercana a la gente. Se observa el uso brillante de
materiales locales y técnicas vernáculas.
Un libro que a simple vista parece inocente resulta ser una
arma contundente.
Al Borde. Menos es todo.
Con una introducción de Andrea Griborio
2020, Arquine, México
ISBN 978-607-9489-64-9
160 páginas
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