CCC por R79

Una casa donde se desdibujan los límites entre exterior e interior en una pieza armónica y profundamente habitable.
Por: podio @podiomx

Ubicada en la cálida Mérida, Yucatán, esta casa sobria se presenta ante la ciudad con una volumetría cerrada, resguardando su esencia y revelándose solo a quienes cruzan el umbral. Desde la calle, su fachada se percibe como un gesto discreto, casi impenetrable, que oculta deliberadamente la riqueza espacial y sensorial que florece en su interior. Sin embargo, al ingresar, el proyecto se despliega en una sinfonía de luz y fluidez, demostrando que el verdadero carácter de la casa no radica en su contención exterior, sino en la generosidad de sus espacios internos.

La arquitectura responde de manera precisa al contexto yucateco, donde el clima y la luz juegan un papel fundamental en la experiencia del espacio. La disposición de los volúmenes y las aperturas permiten que la brisa cruce la casa, refrescando naturalmente cada estancia y generando una atmósfera de confort sin necesidad de excesos tecnológicos. La luz cenital y los juegos de sombras convierten los interiores en un paisaje en constante transformación, otorgando dinamismo y profundidad a los materiales.

La paleta de materiales responde tanto a criterios estéticos como a las condiciones del entorno. La piedra yucateca aporta solidez y arraigo, estableciendo un vínculo con la tradición constructiva de la región. La madera tropical, cálida y expresiva, matiza los interiores con su presencia orgánica, mientras que el cristal introduce transparencia y apertura, conectando visualmente la arquitectura con el cielo cambiante de Mérida.



El programa de la casa responde a una lógica sencilla y funcional. En la planta baja se encuentran los servicios y las áreas sociales, incluyendo espacios que varían según el ritmo del día y el estado de ánimo de quienes los habitan: la cocina y el bar, concebidos como escenarios de convivencia y expresión. En la planta alta, los espacios privados se vuelcan hacia el fondo del terreno, abriéndose a las vistas y asegurando tranquilidad, mientras que los servicios se mantienen en la parte frontal, reforzando la sobriedad de la fachada y estableciendo un contraste entre la imagen externa y la riqueza interna de la vivienda.

Más que una casa, este proyecto representa un ensayo sobre la relación entre interior y exterior, sobre la luz como materia prima y la arquitectura como un puente entre tradición y contemporaneidad. Un proyecto diseñado con sensibilidad, precisión y afecto para un querido amigo, pensado para enmarcar momentos significativos en un espacio que, al igual que la ciudad que lo acoge, respira historia, luz y vida.

Fotografía: Manolo R. Solís












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