Casa 64 por Punto Arquitectónico

Una renovación con contrastes que rescatan lo viejo e integran lo nuevo.
Por: podio @podiomx
 

Es un hogar para una familia joven, en el borde del centro histórico de Mérida. El proyecto toma de partida una casona existente.  Tras la remoción de losas en mal estado y muros no correspondientes a la construcción original; la casa se distribuye en dos alas, la que se encuentra dentro de los vestigios de la casa original en contacto con la calle y, el ala nueva, la que convive con el patio.
 
El acceso principal se plantea al centro de la primera crujía a través de un patio semitechado, donde la puerta de acceso al área privada de la casa se configura como un muro móvil de celosía. El vestíbulo comunica a un lado con el área de servicios (cochera, cuarto de lavado, cuarto de servicio), al otro con la oficina en comunicación con la calle y la habitación principal.
 
La habitación principal en planta baja logra tener contacto con el patio a través de una ranura que se proyecta a un espejo de agua exterior. El vestidor y baño principal se prolongan de ésta con una secuencia de vistas oblicuas hacia al patio, que con su geometría y transparencias logran vistas al exterior, pero conservan la total privacidad.
 

Cruzando el eje que divide la construcción antigua de la nueva, se descubre el área social familiar, un espacio a altura y media que alberga la cocina y comedor y se integra a través de un ventanal a la terraza y piscina, un espacio bañado de luz natural, que se extiende de manera lateral a la sala familiar. Una escalera volada, conecta en un primer nivel con una de las habitaciones secundarias y continúa hasta la habitación superior escalonada. Ambas con vistas al patio. Los volúmenes nuevos buscan no tocar la estructura y volumetría original de la casa.
 
Se logra un contraste entre los elementos antiguos con acabados pétreos y los volúmenes nuevos, limpios sólidos en planta alta y acristalados en planta baja. Las celosías sirven como elemento de privacidad y filtrado de luz.
 
Fotografía: Manolo R. Solís








 



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