Localizado en Guadalupe, una ciudad que forma parte
del área metropolitana de Monterrey, Nuevo León, México, este proyecto está ubicado en el Cerro de
la Silla, la cual es una de las montañas más emblemáticas de México y es parte
de la identidad de la ciudad.
La configuración y concepto debían semejar a un museo, con espacios
multifuncionales, una estética limpia y sobria, que permitiera su uso para
exposiciones, reuniones, talleres y otras actividades de las distintas disciplinas
que los miembros de la familia practican, a su vez logrando privacidad entre
las áreas según se necesite.
Demoler la casa fue el primer impulso que tuvo sentido frente al
desafío, rescatar la estructura e integrar las necesidades, buscamos un dialogo
entre líneas de caracteres opuestos para unificar dos conceptos
arquitectónicos. El proyecto se basó en una arquitectura icónica de la ciudad y se
buscó crear un dialogo interesante con la verticalidad del edifico original,
esto nos dio la oportunidad de diseñar un proyecto horizontal contrastando y
respetando el proyecto original al fusionarlo. Las formas entre una estructura
basada en un cilindro y una arquitectura en ángulo recto.
Un punto importante para el diseño fue el elemento que marco el
recorrido del proyecto, la piscina. Nos dimos cuenta de que uno de los
cilindros existentes era ideal para ello, y al ser un elemento intermedio
concluimos que seria el nexo natural que buscábamos para unir ambos edificios.
El agua al ser el elemento de vida representa esta nueva era para el inmueble,
así como para la nueva familia que lo habita, el cilindro como la vasija,
representa el antiguo escenario lleno de los nuevos aspectos de esta figura
emblemática de la ciudad. Centramos nuestra atención en hacer de la piscina el
eje central.
Los picos del Cerro de la Silla con los picos de la parte superior de
la antigua estructura fueron críticos para decidir inclinar el volumen más alto
de la nueva residencia, para crear un dialogo buscando la unidad entre estos
tres elementos.
Fotografía: Jorge Taboada
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ResponderEliminarExcelente!
ResponderEliminarYa no da miedo, da envidia..jajaja
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