Proyecto finalista de la categoría Habitacional mayor de 150 m2 del XI Premio de Interiorismo Mexicano PRISMA.
Dramáticos
contrastes entre blanco y negro definen el recorrido desde el primer paso en el
vestíbulo. Acentos de forma y color complementan el estilo limpio y sofisticado
del blanco que predomina y homogeniza la atmósfera del proyecto. Los pisos
pasan de prístino mármol a nogal natural en un juego de elementos modernos y
clásicos, en el que los primeros marcan la pauta.
Para
aprovechar la iluminación y ampliar al máximo el espacio, el comedor
tradicional se transformó en un área abierta y se integró con la cocina
mediante arcos de cancelería negra, los cuales aportan un toque clásico en una
transición de tintes contemporáneos. Dichos arcos, de impecable manufactura
artesanal mexicana, se replican para conectar de la misma forma la cocina con
el vestíbulo.
En la
cocina, las cubiertas son de granito eclipse y las lámparas escultóricas de
HENGE son el punto focal del espacio. Una combinación de mobiliario
italiano y mobiliario hecho a la medida visten la estancia, recámara y estudio.
En el vestidor principal, concebido como un showroom personal, los
paneles de espejo acabado en bronce
hacen destacar las lámparas circulares de barrisol. El piano de la estancia y
algunas obras de arte son, por su valor sentimental, de las pocas piezas que se
conservaron del estado previo a la intervención.
Así, este proyecto de interiores tuvo como
resultado un departamento chic, sofisticado y original de inspiración
parisina y neoyorquina.
Fotografía: Rafael Gamo
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