Este proyecto
fue seleccionado por el jurado como finalista de la categoría Habitacional
mayor de 150 m2 en el VI Premio de Interiorismo Mexicano PRISMA
La Casa Cinco
fue proyectada con una orientación hacia el sur, abriendo las vistas al bosque.
El diseño de interiores se llevó de la mano con el arquitectónico, logrando un
estilo contemporáneo y vanguardista. Los 300 m2 se dividen en dos zonas:
La primera es
el área social que está compuesta por sala, comedor, cocina abierta y terraza.
El mobiliario se propuso en madera de Parota para contrastar con la madera
clara en pisos y techo. Predominan los colores gris cálido, taupe, beige y
diferentes tonalidades de verdes, que crean una atmósfera acogedora.
Esto se logró
también por medio de la elección de telas con texturas y estampados, como linos
y chenilles. El comedor tiene una mesa
redonda, para una buena convivencia y sobremesa, con unas sillas muy amplias
envueltas en tela de lino gris y una lámpara colgante de Jörn Utzon. El trinche
de madera de Parota se combinó con espejo de vidrio bronce para las puertas
corredizas. Las lámparas sobre el mueble son de vidrio soplado.
La sala está
compuesta por un sofá en L orientado hacia la chimenea, una mesa de centro de
forma orgánica con cubierta de caliza y dos mesitas auxiliares. El baywindow se
aprovechó para crear un nicho acogedor donde sentarse. En la terraza, contrasta
la ligereza del comedor con la contundencia de los dos sofás y mecedoras de la
sala, igual retomando los colores verdes y crudos.
La segunda es
el área privada que se sitúa en un volumen adyacente al de la estancia
principal. En planta baja se encuentran 2 recámaras de niños y una recámara de
visitas con terraza privada. Predominan grises claros combinados con tonos
beige en textiles.
En la planta
alta se encuentra el familyroom, que vuelve a retomar tonalidades verdes. Desde
esta sala se accede a la recámara principal, cuya propuesta espacial parte de
un lambrín divisorio de pino americano que sirve de cabecera y por el lado
contrario como closet vestidor. Frente al vestidor, una plancha de concreto de
casi 4 metros de largo, contiene los lavabos. Aquí vuelven a aparecer las
tonalidades grises y verdes en los textiles, pero siempre en otra gama y
composición para seguir con el concepto original.
Fotografía Rafael Gamo
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