La visual de...

Una joya entre el bullicio


Por Marcos Betanzos @MBetanzos*
Siguiendo la calle de República de Argentina en el centro histórico de la Ciudad de México, desde el sur —donde se encuentra el Templo Mayor— hacia el norte en dirección a la estación del Metro Lagunilla, uno puede llevarse varias sorpresas que incluyen la posibilidad de descubrir y revalorar un buen catálogo de edificios históricos de diversa índole, enmarcados todos ellos, por un dinamismo social que poco a poco incrementa la tensión por su actividad comercial de carácter informal y el lamentable estado ruinoso de muchas edificaciones ocupadas ya como bodegas. El contraste de lo que uno puede vivir en el sector sur (la zona turística) se incrementa al llegar al norte (zona comercial), dos mundos distintos conviven en la misma calle, la realidad quita el aliento pero el interés regresa el optimismo para seguir caminando porque la verdad se ha dicha: hay más de lo bueno que de lo malo para ver.


Así, al llegar a la calle de Apartado que es la continuación de República de Perú, se encuentra casi perdido entre ambulantes, pregones y “diablos” el número 13, un edificio que alberga la sede del Museo Numismático Nacional, un recinto que por órdenes del “Benemérito de la Patria”, Antonio López de Santa Anna, se reedificó para hacerla sede del Apartado General de la Nación. Su historia es mucho más antigua: el edificio pertenece al Siglo XVII y albergó a la Casa de Moneda de México a partir de 1848. En este lugar se acuñaron monedas hasta 1992 cuando se cerró definitivamente la Planta del Apartado y las labores de oro y plata se trasladaron a la sede de Calzada Legaría. 




Fue hasta el año 2000 cuando se concretó la iniciativa de rehabilitar el edificio de Apartado 13 por vez primera con la finalidad de convertirlo en un recinto adecuado para la conservación del patrimonio artístico, histórico y cultural. Este año, al celebrarse los 480 años de la Fundación de la Casa de Moneda de México, ha concluido una segunda fase con la apertura de nuevos espacios museísticos: la galería numismática, el recinto del escudo nacional y una sala de exposiciones temporales. La intervención ha costado 57 millones de pesos (gestionados de forma interna) y hay que decirlo, ha sido muy afortunada al lograr exaltar el carácter industrial de este edificio declarado Monumento Histórico desde el 9 de febrero de 1931.

El lugar es sorprendente, una verdadera joya que es visita obligada del centro histórico de la ciudad. La arquitectura realizada por Lorenzo de la Hidalga no deja de sorprender: vale la pena detenerse a contemplar la majestuosa nave en que se desarrollaban los trabajos de fundición recubierta aún por el hollín que nos transportan a otros tiempos, sus patios que nos aíslan del bullicio, o la gran sala de Amonedación. La pátina y la manufactura de todos sus espacios son valiosos registros históricos de nuestra arquitectura. Y si a todo ello le agregamos la presencia de más de 150 máquinas y herramientas, en su gran mayoría del siglo XIX, la experiencia es redonda, sobre todo porque muchas de estas piezas aún son ocupadas para la realización de demostraciones prácticas que ilustran el proceso de fabricación de monedas y medallas.




El museo cuenta con tres galerías de exhibición: la Numismática, con la historia de la moneda; Banxico, con una colección histórica de billetes mexicanos, y la del Escudo Nacional, que narra su evolución. Para los investigadores del tema se encuentra disponible el Archivo Histórico con documentos que se remontan al siglo XVII y contienen datos muy valiosos de las casas de moneda provinciales, así como sobre el análisis y proceso del oro y de la plata.

¡La visita repetida bien vale la pena!





Imágenes Cortesía Museo Numismático de México

* Marcos Betanzos (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y articulista independiente. Becario FONCA 2012-213 por su proyecto #BORDOS100 y miembro del Consejo Editorial de la Revista Domus México, América Central y el Caribe.  

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