Cuines

Tatiana Barbará Arquitectos y Equipo Sandra Tarruella Interioristas, finalistas de la categoría RESTAURANTES en el Premio de Interiorismo Mexicano PRISMA 2014



Inspirado en los mercados del mundo, este proyecto de interiorismo crea un espacio donde la mezcla de distintas cocinas es muy importante, por ello, éstas se disponen separadas y abiertas interactuando con el resto del local. El almacén también se resolvió con el lenguaje de despensa de mercado, donde todo el producto se expone a la vista con una gran estantería de hierro y madera a doble altura.

 
El espacio principal ─de planta rectangular y de gran altura─ está abierto por dos laterales al exterior y alberga un tapanco al fondo. Una de estas aberturas conecta con una plaza interior donde también se distribuye gran parte del comedor. Debido a esta conexión, la estantería de almacenaje ─a doble altura─ se ubica en la pared opuesta, y las cocinas y barras exentas en medio del espacio, articulando la conexión entre los comedores interior y exterior.
 
Hay una clara voluntad de desdibujar los límites entre ambos comedores y por ese motivo se ha usado el mismo pavimento de piedra volcánica en ambos espacios y se ha potenciado la permeabilidad con el uso de grandes puertas pivotantes, de madera de encino, que una vez abiertas sirven de paravientos que dan cierta privacidad a las mesas exteriores.
 

La vegetación es otro elemento presente en ambos espacios y evoca a los productos de la huerta, de cultivo, reforzando la idea del producto fresco, natural, de un espacio vivo. Además ayuda a organizar el espacio central del comedor.
 
Al final del restaurante encontramos un pequeño patio exterior que acompaña la escalera del tapanco. En este patio, la estantería a doble altura pasa hacia el exterior y alberga decenas de macetas con distinta vegetación, creando un muro vegetal. Una vez más se apuesta por unificar espacios distintos y potenciar el verde.

Las barras y cocinas de entremedio de los dos comedores están construidas a partir de distintos materiales como el encino natural, el mármol blanco o la piedra volcánica. Encima de ellas, unos grandes coperos de hierro a doble altura cuelgan del techo a modo de contenedores de cajas de encino, de chapa de hierro deploye y de pergamino. Estas grandes estructuras resaltan la verticalidad del espacio, ayudando a desordenar las visuales para reforzar la idea de mezcla, de variedad y de riqueza de varias culturas.
 
La losa preexistente (de casetones de concreto) se presenta desnuda de ornamento, y una instalación lumínica aleatoria dentro de sus casetones ayuda a transformar todo este gran paramento en una lámpara que potencia su belleza.
 
El mobiliario ─que discurre entre las barras, la estantería y los maceteros─ es una mezcla de piezas de madera de roble muy funcional de Ethnicraft,  piezas de exterior de la casa Fermob y grandes mesas recuperadas que fueron diseñadas especialmente para este restaurante.


Finalmente, en el tapanco se ha dispuesto un reservado y los aseos. En ambos espacios, al igual que en la escalera de acceso, se ha jugado con el uso de madera recuperada tanto para compartimentar como para revestir algunos muros y aportar calidez.




Diseño Arquitectónico y de interiores:
Tatiana Barbará Arquitectos y Equipo Sandra Tarruella Interioristas
 
Arquitectos responsables de proyecto:
Sandra Tarruella, Ricard Trenchs y Tatiana Barbará
 
Colaboradores:
Laura Muñoz, Olga Pajares, Catina Verdera, Carla Manresa, Elsa Noms
 
Ubicación:
Polanco, Ciudad de México
 
Fotografías Paula Ospina.

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