Diseño de oficinas

Seamos más responsables con lo que diseñamos para nuestros clientes. No repitamos la misma fórmula de un proyecto a otro

 

Por: Gabriel Salazar*  @RZVLA73  
¿Por qué ser arriesgado y propositivo al diseñar? Simplemente porque resultaría muy aburrido repetir la misma fórmula de un proyecto a otro sin correr ningún riesgo. Cuando el cliente confía en tu trabajo (y eres consciente de que su inversión está en juego), es cuando mejores beneficios se obtienen para la empresa, y es cuando creces como arquitecto.

Proyectar el área de trabajo siempre nos refresca y es motivante, porque si resolvemos todos los requerimientos en el diseño de un espacio inspirador sin duda alguna lograremos que el talento de la empresa sea más productivo, sintiéndose como en casa, más comprometido con sus retos.

 La vanguardia en oficinas puede ser escenográfica y lucir muy bien en fotografías, eso a quién no le gusta, pero lo primordial es saber decodificar el ADN de la empresa y traducirlo en interiorismo, sin olvidar que nuestro concepto está al servicio de las personas y no al revés. Prueba de ello es que, al día de hoy, los lugares de encuentro dentro de la oficina son igual de importantes que las estaciones de trabajo, incluso se ha comprobado que aprendemos más afuera de las salas de capacitación. Investigaciones como esta hay que aplicarlas y ¡venderlas al cliente!, una tarea nada fácil pero eficaz.

En usoarquitectura, por ejemplo, trabajamos en un espacio abierto donde la paleta de acabados y colores son poco usuales para una oficina. Además,  periódicamente me gusta “hacer instalaciones” en ciertos lugares para que no se perciba como espacio estático. Permanentemente escuchamos música (cuidadosamente seleccionada y a un nivel moderado de volumen) para que las neuronas se estimulen sin distraerse.

Justo ahora recuerdo que alguna vez un instalador de tapices (que estaba trabajando en la oficina) me preguntó: “¿Y aquí qué hacen? Porque parece que aquí leen las cartas...” Esos son los pequeños grandes reconocimientos que nos hacen sentir orgullosos del espacio que hemos diseñado para trabajar en usoarquitectura.

Mi experiencia me indica que no hay una receta secreta para desarrollar cada tipo de proyecto, solo hay que ser permanentemente observador, aplicar el sentido común y preguntarse ¿Cómo me gustaría resolverlo a mí? Además, me he percatado que los clientes pueden estar al tanto de cada una de las personas que conforman sus equipos de trabajo, pero no de todas las actividades que realizan cada una de ellas dentro de su oficina.

Los arquitectos Fernando Castañón y Gabriel Salazar en su proyecto Accesolab   

Lamentablemente las entrevistas con todo el personal no son un registro fiel del día a día de la empresa, hay que convertirse “en la sombra” del director general, de su asistente, de los gerentes, de un operativo, de la recepcionista, del personal de seguridad y también del personal de mantenimiento. Esto es de gran ayuda para detectar las pequeñas necesidades de cada uno de ellos, las cuales generalmente no están descritas ni son evidentes entre las salas de juntas, los privados, la cafetería, etc.

¿Y cuáles son las pequeñas necesidades? Pueden ser desde un área para reparar equipos de cómputo, el resguardo de la paquetería y papelería, el área de descanso de los choferes, el área de digitalización de documentos antiguos, el resguardo de cajas de seguridad, el guardarropa para el personal de mantenimiento… y no sigo porque cada oficina es un mundo. 

 Al concluir esta parte la siguiente tarea es dimensionar cada uno de los espacios de acuerdo a los estándares y al área disponible. Aquí es donde podemos hacer más eficientes los metros cuadrados. En este proceso mi recomendación es una: En vez de dedicar más espacio a los locales de apoyo dediquémoslo mejor a las personas que trabajan en la empresa con mejores espacios de colaboración.

Una cosa más, la arquitectura habla por sí misma, por eso seamos más responsables con lo que diseñamos todos los días para nuestros clientes.



*Gabriel Salazar es egresado de la carrera de arquitectura de la Universidad La Salle de la Ciudad de México (1997). Tiene una amplia experiencia en el desarrollo de proyectos residenciales de alto nivel, escenografía y oficinas corporativas, además del ejercicio académico participando como docente e impartiendo talleres en importantes casas de estudio de la Ciudad de México.

Actualmente dirige junto al arquitecto Fernando Castañón el despacho usoarquitectura.

Fotografías: Héctor Armando Herrera
www.usoarquitectura.com.mx











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