La Visual De... PEMEX: Una especie de vacío

En el artículo denominado, Imaginarios pueblerinos, la doctora en arquitectura Catherine Ettinger, aborda el tema de las gasolineras haciendo una pausa en el periodo posterior a la expropiación petrolera de 1936

Por Marcos Betanzos @MBetanzos
El documento analiza a través de planos y fotografías históricas, la evolución de estos espacios con la inercia que provocó “…la apertura de la Carretera Panamericana en su primer tramo de Laredo a la Ciudad de México y el auge del turismo en automóvil que dio como resultado una ampliación en los servicios que ofrecían estos establecimientos”.


Motivo de mis obsesiones, pero también de mis recuerdos hace unos años en pleno auge del debate por la aprobación de la Reforma Energética, su posterior aprobación y las implicaciones que ella tendría, comencé a documentar estos espacios tanto en la Ciudad de México como en diversos tramos carreteros, convencido de que serían espacios que se transformarían para convertirse en emisores de un mensaje mucho más complejo de comprender. Así fue.




Originalmente diseñadas y construidas bajo lineamientos dictados por la iniciativa privada o por propietarios particulares, estas estaciones de servicio condensan –y eso es parte de lo valioso- un largo proceso de traducción tipológica para descifrarse y consolidarse, a través de variaciones programáticas y formales, como un nuevo edificio en nuestras ciudades y las rutas de tránsito que las conectan. Esa diversidad que las hacía singulares desde su inicio como expendios de combustible únicos, concluyó con el impacto de la nacionalización del petróleo y la creación de Petróleos Mexicanos (Petromex y después Pemex) y la estandarización resultante en su diseño.





En ese proceso de homologación, su ubicuidad fue el vehículo para instrumentar una estética de Estado capaz de construir un símbolo de pertenencia, nacionalismo y progreso económico en la arquitectura más elemental: una serie de columnas y una cubierta, inmerso todo en una identidad tricolor forzada.





Desde la fotografía sigo construyendo el retrato de la extinción de estos espacios, un momento previo a la desaparición de esa imagen homologada que desvanece también una parte de nuestro imaginario colectivo, el regreso a las particularidades en el diseño en manos de la iniciativa privada, con nuevos logotipos, nuevos colores, nuevos códigos, pero esencialmente la misma cualidad espacial dando soporte a una empresa trasnacional. El fin de un largo sueño nacionalista se desvanece en imagen y poco a poco estos pequeños espacios de servicio motivo de exploraciones arquitectónicas y de complejidad programáticas parecen haberse llevado un poco de nuestra memoria, nos quedan los mismos espacios arquitectónicos con un nuevo disfraz, detrás de él, resplandeciente y novedoso, una especie de vacío.








Texto y fotografías: Marcos Betanzos @MBetanzos

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