La Visual de...

Romper la inercia


Por: Marcos Betanzos @MBetanzos
“No hay medio más efectivo para trasmitir el poder y la autoridad que a través de la arquitectura. La arquitectura puede servir a los representantes electos de un país como un sutil recordatorio de sus obligaciones y responsabilidades. Y también trasmite a los votantes algo acerca de sus representantes”, Deyan Sudjic.

 Poco a poco, no sin razón ha crecido un sentimiento de repudio o al menos de inconformidad por la intervención cosmética iniciada –sin consulta, ni concurso previo- en Avenida Masaryk en la zona de Polanco de la Ciudad de México. Son muchas voces ya las que le piden respuestas al representante del gobierno delegacional, el perredista Víctor Hugo Romo, el cual se ha mantenido inerte, sin mostrar la menor posibilidad de explicar razones.

Famoso es por haberse construido una onerosa reputación a base de llenar la ciudad con su imagen y de reiterar su gusto por la propaganda demagógica que se fundamenta en el uso de frases como: “Tú pagas, tu mandas”. Y eso, ya es señal de muchas cosas peores. Juan E. Pardinas explica que, el “Tú pagas, tú mandas” de Romo, está basado en la campaña publicitaria de un negocio de sexo-servicio (Periódico Reforma, 05/02/2014) y en una profunda ignorancia de los principios democráticos. En la Delegación Miguel Hidalgo, ¿quién paga más, manda más? En una democracia –señala-, el poder soberano reside en los ciudadanos y no en los contribuyentes. Apunta con demasiada claridad. 

Desde nuestra trinchera profesional pero ya también fuera de ella, muchos han pedido que se rindan cuentas, que se explique por qué y cómo se deciden varias de las obras faraónicas que ha anunciado el delgado y que ahora ya no sólo abordan el tema de la arquitectura pura y dura, sino que han llegado a los territorios del espacio público con una discrecionalidad que no sorprende pero que decepciona a muchos y debe importarle a más.

Todo lo anterior que resume en gran medida el problema del poder único y la libertad para hacer y deshacer sin ser cuestionado, contrasta con el incipiente universo del concurso público en el país, el cual, desde hace meses ha tomado fuerza desde la figura de Secretarías locales y federales, así como del Colegio de Arquitectos de México (CAM-SAM), mismo que reviviendo de un letargo vergonzoso ha encontrado a marchas pausadas una forma de protagonizar ciertas decisiones que han dejado muestra del gran interés de los arquitectos por formar parte de ellas: desde el concurso para el “Memorial a las víctimas de la violencia”, el concurso para el Plan Maestro de La Merced, el Pabellón de México en la Bienal de Venecia y recientemente el concurso para el pabellón mexicano en la expo de Milán 2015. En todos ellos, el CAM-SAM se ha involucrado, y hasta ahí hay que reconocer ese ánimo de querer ser algo más que un organismo de carácter ornamental para el gremio.

Sin embargo, al ver los resultados donde al menos un despacho figura en todos ellos como protagonista inamovible, es posible pensar que la fórmula planteada de esos concursos ya caducó y que entonces ésta debe corregirse inmediatamente, revisarse al menos o renovarse para actuar con antelación y seguir fortaleciendo esa inercia de transparencia que se intenta comunicar.

No está mal pensar que si algo se está haciendo mal, se está a buen tiempo de corregir, sólo hay que actuar oportunamente para que en el menor de los casos los resultados sean una constante, en este caso dos primeros lugares y dos segundos. Sin duda, hay espacio para pensar bien –es una obligación, tanto como pensar lo contrario- y afirmar respondiendo a la idea anterior que quizá el despacho de Julio Gaeta está haciendo algo muy bien. Si es así, que así sea porque nadie puede poner en juicio el valor de su trabajo teniendo en perspectiva el poco tiempo que se ha dedicado a construir el ejercicio del concurso público. Pero dando todo sentido de justicia es importante no ignorar esa inercia ganadora que se ha gestado en los últimos meses.

Los concursos y sus convocatorias en general son instrumentos que por sí mismos no garantizan transparencia, por ello son susceptibles de revisión y mejora en todos sus procesos y fases, no sólo en sus resultados. Por ello, y muchas cosas más, pocos podrán negar que las últimas convocatorias lanzadas pudieron ser mejores, pero están en juego las que vienen y no lo ya realizado.

Entonces, habrá que esperar a ver si lo que hace falta es voluntad o juicio crítico y en este sentido no sólo por parte de quien organiza –incluidas las personas que llevan de voz en voz las peticiones y los puntos de cada convocatoria- o de quienes hemos opinado sobre el tema y participamos, sino también de quienes resultan ganadores: es muy sencillo, si ellos no tienen el valor de denunciar desde su posición como ganadores y con ello hacerse escuchar, difícilmente alguien que no ha accedido a donde ellos han llegado podrá hacerlo. La complicidad en multinivel no se inclina a un solo lado de la balanza.

La tarea –de exigirle respuestas a los gobernantes y de exigirnos responder como protagonistas de lo que acontece- es de todos.

Marcos Betanzos* (Ciudad de México, 1983) es arquitecto, fotógrafo y articulista independiente. Becario FONCA 2012-213 por su proyecto #BORDOS100 y miembro del Consejo Editorial de la Revista Domus México, América Central y el Caribe.

Relación de imágenes:
1.-Obras en Masaryk. Tomada de Lasillarota.com
2.-Plan Maestro para La Merced. Cortesía TEAM 730
3.-Memorial de las víctimas de la violencia. Foto: Octavio Gómez
4.-Victor Hugo Romo retirando basura electoral. Tomada de contenido.com.mx

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