El ojo del arquitecto


Por: Marcos Betanzos* @MBetanzos

…me miro en lo que miro                                                es mi creación esto que veo
como entrar por mis ojos                                                 la percepción es concepción
en un ojo más límpido                                                             agua de pensamientos
me mira lo que miro                                                      soy la creación de lo que veo
Blanco (Fragmento), 1966. Octavio Paz

El pasado 23 de julio concluyó la exposición fotográfica “El ojo del arquitecto”, la cual se instaló en el circuito de galerías abiertas de la Ciudad de México, en este caso sobre el Paseo de la Reforma. En ella, ocho firmas de arquitectura presentaron algunos de sus proyectos de una manera singular fusionando dos expresiones distintas dentro del límite de la sorpresa y la expectativa.


Intentarían con una serie de fotografías desplegar su mirada sobre sí mismos, es decir sobre el espacio que han construido reunido en diversas tipologías para hacer ver -si es posible- lo que ellos ven de sus obras sintetizándolo en un plano bidimensional.

Afinidad y discrepancia entre imagen y arquitectura, el nombre de la muestra es una trampa de refinada seducción. Parece imposible conciliar su significado y determinar los límites de todo lo que debía o podía comunicarse a través de la fotografía.


Por un lado, se puede pensar en el acercamiento único al autor o los autores a través de lo que se definió primordial al retratar la obra; por otro, deja ver ese grado de especulación donde todos los participantes encontraron un reto común en el proceso: seleccionar la imagen adecuada, priorizar la técnica fotográfica o demostrar la singularidad de su lenguaje arquitectónico.

Jacques Herzog ha dicho que si bien la imagen tiene una tradición filosófica que se remonta a Platón y a la idea de icono, el edificio siempre se ha descrito en su contexto material, funcional y especifico.

Lo anterior me hace creer que con tal dilema en la mesa, los arquitectos delimitaron el carácter exclusivo de su mirada, como un acto espontáneo y subjetivo al descubrirse inmersos en un proceso de reflexión sobre la fotografía y su discurso. Sí, casi similar al de la arquitectura y sus múltiples procesos de gestación.



El resultado era predecible: una técnica mayoritariamente correcta, dictada por la selección del encuadre o el momento idóneo para hacer la fotografía. Conocedores de esos espacios que otros ojos no sabrán (o podrán) apreciar, los arquitectos fotógrafos llevaron a superficie sus intenciones plásticas siendo cautelosos de no trasgredir un territorio no conocido a profundidad. ¿Pudieron ir más lejos? No lo sabremos. 

Por lo pronto el primer ejercicio del tema resultó ameno e interesante para los despachos invitados a participar en este ejercicio de observación ante el espejo: Arditti + RDT Arquitectos, Serrano Monjaraz Arquitectos, TALLER (Mauricio Rocha + Gabriela Carrillo), Idea Asociados, Pascal Arquitectos, Muñoz Arquitectos, BGP Arquitectura y Rivadeneyra Arquitectos.









Fotografía: Marcos Betanzos

*Marcos Betanzos, es arquitecto, fotógrafo y escritor independiente.

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